Bronce sobre peana de madera. Altura 32 cms.

Edición limitada a 49 figuras.

Soldado de los Tercios Siglo XVII

Esta escultura de José Crespo representa a un soldado de los Tercios Españoles del siglo XVII, una de las unidades militares más formidables de la historia. Realizada en bronce, la obra captura al soldado en una postura erguida y vigilante, con su arma descansando sobre el suelo. La atención al detalle en la vestimenta del soldado es notable, desde el sombrero amplio hasta las calzas, zapatos y los pliegues del uniforme, reflejando la moda militar de la época.

El bronce presenta una pátina que añade profundidad y resalta las texturas, destacando las arrugas y detalles en el uniforme y equipo. La expresión del soldado es serena y concentrada, ofreciendo una imagen de disciplina y preparación. El arma, un mosquete de la época, está representado con precisión, reflejando la autenticidad histórica y la dedicación del artista a los detalles.

La escultura está montada sobre una base de madera pulida, que añade un contraste cálido y elegante al bronce. Esta base no solo proporciona estabilidad, sino que también completa la pieza, permitiendo que se destaque en cualquier entorno.

«La idea de hacer esta figura la tengo desde el momento que aterrizo en Bélgica pues es por estas tierras donde anduvieron los Tercios españoles y es un poco más al norte  donde surgió el origen de la Inmaculada Concepción como patrona de la Infantería española. Fue en lo que se ha venido a llamar el “milagro de Empel”, cuando el 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla combatía en la isla de Bommel, bloqueado por completo por una escuadra holandesa. La situación era más que complicada para los españoles y cuando el enemigo les propuso una rendición honrosa, la respuesta española fue clara: «La Infantería española prefiere la muerte a la deshonra». Un soldado del Tercio cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera allí enterrado; era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Lo que sigue es historia… ¡La mejor Infantería del mundo!

No puedo negar que el hecho de leerme en ese momento de un tirón los cuatro primeros libros del Capitán Alatriste del escritor Arturo Pérez-Reverte fue el empujón que necesitaba para lanzarme a esculpirla…

Aunque no hay mucha documentación sobre la uniformidad en aquella época, lo que sí que está claro es que por aquel entonces, «la uniformidad era muy poco uniforme», con lo cual, para hacerla combino imágenes de distintos grabados de la época y fotos.

La figura la empiezo en Mons en enero de 2005 y la acabo allí a final de febrero del mismo año.»

José Crespo